miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL CULTO AL FALO DE JESUCRISTO EN EL ARTE DE LA PINTURA

Desde los primeros tiempos de la humanidad que la religión y el erotismo vinieron de la mano en una relación indisoluble que nunca se quebrantó; baste sólo recordar que las primeras religiones contemplaban aspectos eróticos en sus divinidades. Según las Sagradas Escrituras estamos hechos "a imagen y semejanza" del Creador, por eso tenemos el mismo aspecto y es de prever que idéntica sexualidad que la divinidad. O si lo prefieren podemos decirlo a la inversa: la divinidad tiene aspecto antropomórfico y órganos sexuales como nosotros, pues ambos estamos hechos con la misma “imagen y semejanza”.
Diferentes artistas a lo largo de la historia recogieron el testigo y representaron la sexualidad de Jesucristo en sus pinturas, pues así expresaban no sólo las semejanzas de las que nos hablan las Escrituras, sino también unas creencias relativas al origen de la vida al modo en que lo habían venido haciendo las religiones antiguas.
La pintura cristiana recogió las antiguas creencias paganas relativas al culto al falo, por eso existen tanta cantidad de imágenes cuya temática gravita en torno a los órganos genitales de Jesucristo. Este afán por representar la sexualidad de Jesucristo reflejaba la necesidad humana por abordar cuestiones incógnitas referentes al erotismo humano, e interrogantes que no hallaban expresión ni respuesta en el cristianismo oficial pero sí en el mundo pagano.

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